Sobre el origen del COVID-19 (SARS-Cov-2)

En estos tiempos de tribulación por la pandemia de COVID-19 abundan muchos rumores, teorías de conspiración y desinformación sobre el virus y su origen.
Que lo crearon los chinos, que lo crearon los estadounidenses, que es para matar gente, que es para el nuevo orden mundial. Entre las locuras se pueden leer menciones a los Illuminati™, los masones, Donald Trump como la mente maestra detrás de toda la pandemia, entre otras.

Debido a todo eso, este resumen lo escribí para aliviar la ansiedad de mi familia ante la pandemia del COVID-19.

No hace falta decir que no sirvió para nada. Pero les puede ser de utilidad.

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Hace unas horas fue publicado en la revista Nature un reporte titulado "The proximal origin of SARS-CoV-2" ("El origen proximal del SARS-CoV-2") donde se hace una revisión sobre el posible origen del coronavirus. El estudio profundiza mucho en las características genéticas del virus y a través de la comparación bioinformática del genoma de este llegan a la conclusión de que el virus surgió por selección natural y por tanto claramente no es una construcción de laboratorio o un virus manipulado genéticamente para ser más peligroso.

El virus tiene en su membrana una proteína llamada "spike" (punta o espina, en español), la cual es la proteína que se une a una proteína en los pulmones llamada ACE2. La proteína "spike" del coronavirus tiene en la punta una región pequeña llamada RBD. Esta región es la que se encarga de unir ambas proteínas (del virus y del humano) y por lo tanto permite la infección. Lo que observan en el estudio es que hay una gran diversidad en esa zona, indicando que aunque es bastante buena para infectar humanos, no es ideal.



Así se vería el SARS-CoV-2. En rojo está la proteína "spike". Se encuentran sobre la membrana que cubre el genoma del virus.

Esta "imperfección" indica que el origen de esta proteína es la selección natural. Probablemente la proteína del virus surgió en un animal-no-humano huesped y de ahí pasó al humano, o surgió dentro del ser humano una vez que había pasado de un animal-no-humano al humano. En cualquier caso, la "imperfección" demuestra que el virus es un producto de la selección natural y no creado en un laboratorio.

Adicional a esto, las herramientas existentes para la manipulación genética de los coronavirus dejan una marca que es fácil de identificar. Ya que no se han identificado estas marcas en el genoma del COVID-19, indica, de nuevo, que es un virus surgido en la naturaleza y no en el laboratorio.

En general los coronavirus muestran una gran diversidad y lo más probable es que no conozcamos a todos y cómo pueden comportarse. En el caso del COVID-19, el virus es muy similar a los coronavirus de murciélago, pero la proteína "spike" es mucho más similar a los coronavirus de pangolin.

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Un pangolín, por si no lo conocían.

En el mundo se hacen muchas pruebas de transmisión de los coronavirus. Estas pruebas se realizan en laboratorios con las medidas de bioseguridad adecuadas pero el error humano siempre existe y se han documentado casos de escape de los coronavirus al ambiente. Sin embargo, las secuencias de coronavirus tan similares en los pangolines (entre otras cosas) sugieren que este no es el caso. Se encuentran en la naturaleza de forma nativa, por lo tanto difícilmente se trata de un caso de coronavirus de laboratorio.

Esto habla de varias cosas:

  1. La infección en humanos se dio por zoonosis, que es el paso de una enfermedad de animal a humano.
  2. El virus surgió en la naturaleza probablemente no después de noviembre y diciembre del 2019, que fue cuando se reportaban los primeros casos. Así como sucede hoy en todo el mundo, quizás el virus se esparció de humano a humano sin ser detectado, evolucionando hasta que tuvo la capacidad de provocar una infección y propagarse de manera eficiente. 
  3. No conocemos todos los coronavirus que pueden andar por ahí en el mundo, los pocos que conocemos son muy diversos y por lo tanto tienen distintos comportamientos. Para que un virus evolucione lo rápido que evolucionó se necesita una población de hospederos grande y densa, así que las ciudades y pueblos humanos son el caldo de cultivo perfecto para que un virus como este surja. No es nada más con el COVID-19, sino con cualquier virus. Sucedió así con el SARS del 2003, la influenza A H1N1 del 2009, el MERS en el 2012, o el ébola en el 2016.
  4. Esto, más que nada, es consecuencia del tráfico y consumo ilegal de especies exóticas y en peligro de extinción, problema que no es solamente nativo a China sino que todos los países con una gran biodiversidad (como México), sufren. Una manera de evitar este tipo de crisis es en principio no participar en este tráfico al no comprar animales exóticos.
  5. El conocimiento del COVID-19 que está disponible actualmente es mucho mejor que cualquier teoría de conspiración. En este momento el mundo entero está realizando un esfuerzo enorme en la lucha contra esta pandemia, y miles de hombres y mujeres trabajan para encontrar una cura, contener los brotes, minimizar la pérdida humana, y en general combatir contra la enfermedad en varios frentes, principalmente el trabajo de los científicos (biólogos, químicos, médicos, etc) que ha permitido comprender al virus y combatirlo. Difundir y caer en desinformación y teorías conspirativas solamente nos hace más vulnerables a todos y sabotea el esfuerzo que se lleva hasta ahora.

Así que por el amor de Darwin, no crean ni difundan rumores.

Cuídense

La literatura sobre el COVID-19 es de acceso gratuito para facilitar el flujo de información y el conocimiento del virus. Nada es secreto y ningún gobierno está ocultando información. Esta es la manera en la que el conocimiento científico crece y nos permite resolver problemas. Si quieren leer el artículo original (está en inglés), aquí está.

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